El empate a un gol en Escobedo deja al Vimenor fuera de las eliminatorias por el ascenso a Segunda RFEF.

Los aficionados verdiblancos habían preparado antes del partido un ambiente festivo para acompañar al equipo en el Eusebio Arce. Y se desplazaron en masa, ilusionados ante la posibilidad de seguir avanzando en el playoff.

El partido empezó con el Escobedo mandando. Los jugadores camargueses, que habían pasado unos días complicados por la filtración del acuerdo de su club con el Racing, y la posterior dimisión de su cuerpo técnico, tiraron de orgullo y salieron decididos a por la victoria. Y cuando se conjuran de este modo son un rival temible. Por el nivel de los hombres que lo forman, estamos hablando posiblemente de la plantilla más potente de toda la tercera cántabra.

Así que al Vimenor le tocó pasar unos minutos iniciales de agobio. Pero el equipo de Arteche es ahora mismo un grupo lleno de confianza en sus posibilidades, y aguantó los arreones de su rival sustentado en su pareja de centrales Ruizca-Noreña, que ayer, como vienen haciendo en los últimos meses rayaron a gran altura.

El medio del campo del Vimenor, con Dosal y Alberto en el centro más el apoyo de Liaño, no podía mantener mucho tiempo el balón. Sin embargo, las veces que el equipo lograba conectar con Vitali y Soma existía sensación de peligro. La pareja de delanteros probablemente hayan sido los hombres más destacados del curso en el club de Vioño. Ayer, quizá extramotivados por su pasado en el Escobedo y su dolorosa salida del club camargués, volvieron a demostrar su categoría. Sus apariciones empezaron a estirar al Vimenor. A veces a través de balones largos que Vitali se encargaba de bajar, y otras a través de las apariciones entre líneas de un Mantilla, que empezó a entrar más en juego.

Y cuando el partido ya estaba equilibrado en el juego, o incluso ligeramente favorable al Vimenor, llegó la ocasión más clara de la primera parte. La tuvo el Escobedo, y por partida triple. En el minuto 39, Mario, a la media vuelta disparó en el área obligando a Marcos a responder con una gran parada. El rechace cayó en los pies de Héctor Marcos, que remató de volea a la escuadra. El balón escupido por el larguero contra el suelo fue rematado en última instancia fuera por Samuel. La réplica para los de La Vidriera la dieron Soma, con un disparo raso y Mantilla, cuyo disparo de falta rozó la escuadra de la portería de Ángel.

El paso por los vestuarios cambió el panorama. El Escobedo, con la ventaja en el marcador dio un paso atrás, y el Vimenor uno adelante. Ahora sí empezaron Alberto y Dosal a tener más balón, y con ellos empezó a crecer el equipo, que empezó a merodear el área rival. Soma dispuso de una ocasión clarísima tras un gran control con el pecho, pero su disparo de volea se fue por encima del larguero.

Y como sucede tantas veces en el fútbol, cuando mejor estaba el equipo, se adelantó el rival. En el minuto 58 un córner botado por Montiel desde la izquierda era cabeceado por Nando Fuentevilla de manera inapelable a las mallas. El capitán del Escobedo, uno de los mejores de su equipo ayer, ponía las cosas muy cuesta arriba al Vimenor.

Arteche reaccionó rápido y movió el banquillo para intentar dar aire fresco al ataque cristalero. De Cos y Cacicedo entraron sustituyendo a Alberto y Mantilla. Y apenas unos minutos después cambió a los dos laterales, Estrada y Rionda, para dar entrada a Borbolla y Fran. Los dos jóvenes jugadores, que entraron enchufadísimos al campo, junto al coraje de De Cos en el medio aportaron al equipo un extra de energía. El Vimenor se lanzó ya sin red a por el empate.

En el otro banquillo también hubo movimiento, y Dorronsoro sustituyó a Héctor Marcos en un intento de aprovechar los espacios que el Vimenor, obligado a marcar, iba a dejar en su espalda. El carrusel de cambios terminó con la entrada de Angulo por un cansado Soma.

El jugador de Parbayón, como sucede muy a menudo, impactó en el partido desde su entrada. En uno de los primeros balones que tocó, disparó desde la frontal haciendo intervenir a Ángel con mucho mérito. Respondió el Escobedo por medio de Dorronsoro que, a un toque, remató un servicio desde la derecha. Marcos metió la manopla desviando a córner cuando la grada ya cantaba el segundo.

Borbolla por la izquierda y Fran por la derecha jugaban ya como extremos, y servían balones al área que los veteranos Samuel y Mario se encargaban de despejar. Precisamente Borbolla, en el 84, tras recoger un rechace y caracolear en el borde del área sirvió un balón templado a la espalda de los centrales. Angulo, sin dejarla caer, voleó con el interior a la escuadra. La locura invadió a los aficionados verdiblancos, que veían con esperanza la posibilidad de una prórroga.

Angulo celebra el gol del Vimenor. Foto: César Ortíz.

Desde aquí al final el Escobedo, resignado a tener que jugar media hora más, intentó perder tiempo, y el Vimenor intentó aprovechar la corriente favorable para marcar el segundo. De Cos y Angulo las tuvieron, pero no hubo fortuna. La prórroga era inevitable.

El tiempo extra fue de claro dominio verdiblanco. Dosal que fue de menos a más se hizo dueño en el medio, y Borbolla y Fran de las bandas. Sin embargo el Escobedo, curtido en mil batallas, convirtió el partido en un ejercicio de supervivencia e intentó que corrieran los minutos. Esto fue aún más acusado en la segunda mitad de la prórroga, en la que apenas se jugó porque los jugadores locales tuvieron que ser atendidos por las asistencias en numerosas ocasiones. A cinco del final, los de Vioño tuvieron la más clara en las botas de Fran que remató un servicio desde la izquierda, pero su remate se estrelló en el palo.

El partido finalizó con empate, y el extraño sistema de competición empleado este año privó al Vimenor de la suerte de los penaltis. El Escobedo, además de la ventaja del factor campo, contaba con la posibilidad de pasar en caso de empate. El equipo camargués, cuya temporada no ha respondido a las expectativas generadas por el desembolso hecho por el club, aún puede resarcirse. Calidad y orgullo tienen sobradas para ello, y serán un rival temible para cualquiera.

El Vimenor por su parte cierra con mucha dignidad una temporada en la que fue de menos a más. En un año tan difícil como ha sido este, los buenos resultados son fruto del trabajo de muchas personas en el club verdiblanco, que han visto recompensado su esfuerzo y miran al futuro con esperanza.

Deja una respuesta